lunes, 12 de septiembre de 2011

Nueva crítica de "La mezcla confusa" de Ben clark

El Cultural, del periódico El Mundo, acaba de publicar una reseña del prestigioso crítico Túa Blesa sobre La mezcla confusa de Ben Clark, útimo "Premio de Poesía Joven Félix Grande".





Desde el presupuesto de una poética de la claridad, del no poner resistencia a la comprensión -se afirma que un poeta escribe “un poema sencillo de entender”-, los poemas de este libro lo son, entre otras razones, por un uso inteligente de la ironía, don que el autor ya ha demostrado en sus publicaciones anteriores. El quinto libro de Ben Clark (Ibiza, 1964) se abre con dos poemas de índole programática -se reincide en el asunto en varios otros- y en uno de ellos, “La palabra”, se dice de ella que llegó “estropeada” y se anotan varias soluciones, de las cuales la última sentencia: “que decore./ Porque esto no nos sirve para nada.” Un inicio como éste es ya un valor y reclama la atención del lector. La ironía, fundamental en la tradición de lo moderno, ofrece una mirada a las cosas, y a la significación, por la que deja a la vista el haz y el envés en un trabajo de desdoblamiento que cabe calificar de dialógico.

En no pocas ocasiones la escritura incorpora el humor, bien algo escaso entre los poetas, como sucede en “Hablarán las oscuras concubinas”, cuyo único verso dice: “Tú déjalas hablar. Que algo dirán”. Es, como sucede con el tono irónico, una muestra del agudo ingenio de Clark. Y hay que decir que lo humorístico sirve también para poner en solfa el valor de un poema al tiempo que se critica al sistema financiero, como, por ejemplo, en el titulado “TAE”.

No basa este libro su éxito en sucesos extraordinarios o fantásticos ni en una figuración arriesgada, sino partiendo de algo corriente, o incluso mínimo, saber extraerle lo que de poético pueda tener y decirlo con un lenguaje siempre rítmico, gratificante para el lector, quien no puede sustraerse a la agudeza y al modo de ver de quien habla. Con todo, también se hace materia del poema algún acontecimiento de relieve, como el atentado de Omagh, donde la muerte de otros implica que “no mueren solamente los que mueren, ni continúa vivo quien recuerda”, lo que pone de relieve la empatía del sujeto con aquello de lo que habla. Un buen libro de Clark, uno más.


Publicado en El Cultural, 9 de septiembre de 2011

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